miércoles, 18 de marzo de 2009

LEGIONARIO


La legión romana (del latín legio, leva) era la unidad militar de infantería básica de la Antigua Roma. Consistía en un cuerpo de infantes pesados de unos 5.000 y más tarde 10.000 soldados de infantería y varios centenares de jinetes. Las legiones tenían asignado un nombre y un número; se identificaron cerca de 50, pero nunca llegaron a existir tantas en un mismo momento de la historia de Roma. Usualmente había 28 legiones con sus auxiliares, y se reclutaban más según las necesidades y la situación en cada momento.
Originalmente, en la época de los Reyes, la legio englobaba al ejército romano en su totalidad, compuesta de ciudadanos romanos reclutados para las armas. En algún momento, posiblemente al comienzo de la República Romana, la legio estaba subdividida en dos legiones separadas, cada una bajo el mando de uno de los dos cónsules. En los primeros años de la República, cuando las campañas militares romanas estaban centradas principalmente en rechazar multitud de invasiones, no se sabe a ciencia cierta si el poder militar de las legiones fue desplegado completamente en su conjunto. Las legiones se organizaron de un modo más formal en el siglo IV a. C., cuando las guerras en las que Roma se veía involucrada se hicieron más frecuentes y estratégicamente mejor planificadas, y el ejército consular se dividió en dos legiones. Los tribunos militares aparecieron después del año 331 a. C. La organización interna de la legión fue más sofisticada, de la clásica falange se pasó al sistema de cohortes, manípulos y centurias. Más tarde, durante el Imperio, la legión era comúnmente reforzada por tropas aliadas, las allae. Estas tropas eran reclutadas entre mercenarios o entre pueblos cuya habilidad bélica era bien conocida en el mundo antiguo, como los jinetes númidas o los honderos baleares. Su función era generalmente la de actuar como auxiliares de las tropas romanas, principalmente legionarios.

Durante los períodos finales de la República de Roma y la Roma Imperial, las legiones desempeñaron un rol político importante, al tiempo que se profesionalizaban completamente. Sus acciones podían asegurar el destino de un Emperador romano, o destruirlo. Un ejemplo es la caída de Vitelio en el Año de los cuatro emperadores, decidida en el momento en que las legiones del Danubio eligieron apoyar a Vespasiano. Cerca del siglo I a. C., la amenaza demagógica de las legiones quedó claramente identificada. Los gobernantes no podían alejarse de sus provincias con sus legiones. Cuando Julio César cruzó el río Rubicón para dejar sus provincias y trabarse en armas en Italia, se precipitó una crisis constitucional.

COLISEO


El Coliseo (Colosseum en latín), originalmente denominado Anfiteatro Flavio (Amphitheatrum Flavium), es un gran edificio situado en el centro de la ciudad de Roma. En la antigüedad poseía un aforo para 50000 espectadores, con ochenta filas de gradas. Los que estaban cerca de la arena eran el Emperador y los senadores, y a medida que se ascendía se situaban los estratos inferiores de la sociedad. En el Coliseo tenían lugar luchas de gladiadores y espectáculos públicos. Se construyó justo al Este del Foro Romano, y las obras empezaron entre el 70 d. C. y el 72 d. C., bajo mandato del emperador Vespasiano. El anfiteatro, que era el más grande jamás construido en el Imperio Romano, se completó en el 80 d. C. por el emperador Tito, y fue modificado durante el reinado de Domiciano.[1]

El Coliseo se usó durante casi 500 años, celebrándose los últimos juegos de la historia en el siglo VI, bastante más tarde de la tradicional fecha de la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 d. C. Así como las peleas de gladiadores, muchos otros espectáculos públicos tenían lugar aquí, como naumaquias, caza de animales, ejecuciones, recreaciones de famosas batallas, y obras de teatro basadas en la mitología clásica. El edificio dejó de ser usado para estos propósitos en la Alta Edad Media. Más tarde, fue reutilizado como refugio, fábrica, sede de una orden religiosa, fortaleza, cantera y santuario cristiano.

Aunque la estructura está seriamente dañada debido a los terremotos y los picapedreros, el Coliseo siempre ha sido visto como un icono de la Roma Imperial y es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura romana. Es una de las atracciones turísticas más populares de la moderna Roma y aún está muy ligado a la Iglesia Católica Romana, por lo que el

gladiator

Agora

jueves, 5 de marzo de 2009


Las catacumbas son unas galerías subterráneas que algunas civilizaciones mediterráneas antiguas construyeron y utilizaron como lugar de enterramiento. Las más conocidas y las mejor estudiadas son las catacumbas de la ciudad de Roma. También son conocidas las catacumbas de París, aunque su origen es bien distinto (siglo XVIII).Según teorías del siglo XVIII el origen de las catacumbas eran excavaciones que habían creado los romanos en el subsuelo de la ciudad para extraer arenas y materiales de construcción. Cuando se agotaban o se abandonaban estas canteras, los cristianos las aprovechaban como cementerios añadiéndoles nuevos túneles. Sin embargo esta teoría ha ido siendo abandonada al realizarse nuevas investigaciones.

miércoles, 4 de marzo de 2009